No nos engañemos:
Las personas con poder siguen ganando DINERO, y mucho, durante esta crisis.
Ya que son los trabajadores los que han perdido sus puestos de trabajo, no los jefes superiores.
Éstos (los jefes), han dejado de ganar tanto dinero a costa del trabajo de sus empleados (que realizan un trabajo productivo).
Así, ambos sufren pero en ningún caso este sufrimiento es comparable, ya que mientras unos dejan de ganar dinero aprovechándose de la desesperación de los demás haciéndoles aceptar condiciones de trabajo muy abusivas; los trabajadores, ahora, pierden lo poco que habían podido obtener con su contrato abusivo. Esto es la ESCLAVITUD LABORAL.
Dentro del CAPITALISMO, donde se supone que ambas partes (contratante y contratado) llegan a un acuerdo económico en base a la negociación; el trabajador parte de unas condiciones iniciales muy inferiores a las del contratante.
En el caso de las ETT, este hecho es aún más cínico si cabe, ya que el empleado subcontratado realiza tareas para las empresas “de verdad” y las “ETTs” se LLEVAN gran parte del dinero que aporta la realización del trabajo del individuo.
Y lo aceptamos. ¿Por qué? Porque nuestras condiciones iniciales de negociación están por debajo de la AUTONOMÍA VITAL del individuo (debido a desigualdades también sufridas en el pasado).
Es decir, si un individuo tiene HAMBRE y NO TIENE UN ESPACIO DONDE VIVIR, con unas CONDICIONES MÍNIMAS DE VIDA, la negociación nunca será tal, sino aceptación de la ESCLAVITUD.
Dejar la esclavitud solo cuesta un euro y mucha ilusión. La ilusión se llama Lotería Primitiva. Juega y tendrás tus propios esclavos.
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